Autor: Andrés Rangel Garrido
Imagínate nacer sin piernas y que tu vida dependa literalmente de una patineta. Esta es la historia de Michel Muñoz, el hombre que patina, camina y corre al mismo tiempo.
Desde los 11 años, el atleta nacido en Naucalpan cambió la silla de ruedas por una patineta… y nunca más se bajó de ella.
Se volvió parte de su cuerpo. Ella y él son uno mismo.
Esta semana lo vimos hacer historia, completando el Maratón de la CDMX, por octava ocasión. Es una locura patinar 42 kilómetros y más cuando tus manos tocan el asfalto caliente.
Por eso llegó al Zócalo como si volara. Pues él mismo lo dijo en una entrevista: “mi patineta es mi nube voladora”.
Para Michel completar un maratón es un domingo cualquiera, pues tiene tantas medallas como atleta paralímpico que ya hasta perdió la cuenta.
Fue digno representante de México en Remo, en los juegos de Tokio 2020, y aunque no pudo participar en París 2024, nada ni nadie lo detendrá para participar en Los Ángeles 2028. Además es campeón en Powerlifting, Tower Running y fue el primer mexicano sin piernas en completar un Spartan Race.
“No somos un estorbo, somos algo valioso”, repite cada vez que toma un micrófono. Porque Michel no corre por llamar la atención, corre para exigir el respeto que merece.
Y es que la verdadera potencia no está en sus brazos, sino en su corazón.
Hoy tiene 39 años y lleva 30 años demostrándole al mundo que no hay obstáculo que lo detenga.
Aunque ha sufrido mucho bullying y discriminación, hoy el mundo del deporte lo respeta y los skaters lo respaldamos.
Y cada vez que sale a patinar nos recuerda algo: los límites existen… hasta que alguien decide romperlos.
Michel Muñoz no es un Hijo de la Patineta, es la patineta misma. El hombre patineta.